Libros

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Me convertí en un vigilante de mí mismo porque sabía que el principal enemigo que tenía por ir por los caminos del amor era yo.

Edició en català

Viatge al centre de l'ego

«Tenemos una tendencia innata a convertirnos en jueces, a veces implacables, de los demás… El único juicio válido es lo que hacemos de nosotros mismos.

Emili, un hombre que llega a la vejez declarando ser feliz, nos narra el largo viaje interior que empezó cuando tenía 40 años. En el recorrido descubre que la infelicidad que le había perseguido durante la primera parte de su vida no se debía a la mala suerte, al destino o a las influencias de los demás. El único responsable era él mismo. Decide ponerse en manos de un maestro de vida y todo le cambia, por bien de él y de todos los que le acompañan.

Viaje al centro del ego

Emilio se siente vacío de esperanza y lleno de materialismo. No le ve un sentido claro a su existencia más allá de trabajar para mantener el ritmo de vida que él mismo se ha creado. Es tan pobre que solo tiene dinero.

Algunas circunstancias muy caprichosas le acercan a un maestro cuyas enseñanzas le fascinan. Sea sus consejos y, sorprendido, viene transformada su realidad. Su vacío interior se llena de nuevas ilusiones y nuevos proyectos, mientras se deja guiar por la fuerza más poderosa que existe: el amor.

Ya anciano, cuando sólo le quedan fuerzas para escribir, deja este testimonio a sus cuatro hijos y a sus nietos. Quiere que conozcan al maestro que dio sentido y valor a su vida: Jesús de Nazaret.

Edició en català

El guerrer de la pau

Continuación del primer título de la trilogía VIAJE AL CENTRO DEL EGO

Nos cuesta convivir con los padres y los hijos. La vida de las parejas se ha convertido en una montaña rusa que las hace descarrilar. En el trabajo tenemos enfrentamientos que nos obligan a mantener distancias e hipocresías. Las relaciones vecinales son frías.

Emili busca vivir en paz. Se viste de guerrero para ir a la lucha contra el conflicto que le ha perseguido durante su vida. Lucha por la paz, sin espada, sin hacer daño ni dañarse. Sabe que el conflicto nace en nuestro interior cuando no controlamos las fuerzas que nos hacen contestar mal, dar un mal gesto o hablar cuando toca callar. Quiere el autodominio absoluto de su carácter.

No anda solo. Cuando lo necesita, encuentra la ayuda de un maestro que le da la palabra justa y el empuje definitivo para vencer al eterno conflicto que le había herido hasta que dijo: «¡Basta!».

Edició en català

Els camins de l'amor

Último título de la trilogía

Los caminos del amor no están definidos en una agenda, los construimos día a día con nuestras palabras, con actitudes y con hechos. Ir por los caminos del amor es una elección íntima, individual. Somos nosotros que, bajo el poder de nuestra propia libertad, escogemos qué camino seguiremos para alcanzar un objetivo o qué respuesta daremos a las situaciones que, tercamente, se nos ponen delante: ¿Discutir o dialogar? ¿Abrazar o agredir? ¿Acercarse o alejarse? ¿Dar o cobrar? ¿Esperar o no esperar? ¿Odiar o perdonar? ¿Hacer frente o esconderse? ¿Corregir o dejar pasar? Las respuestas que damos a todas estas situaciones nos hacen vivir con mayor grado de satisfacción o de amargura.

¿De quién depende? Sólo de nosotros mismos. Bajo la óptica del amor todos los caminos, incluso los más difíciles y dolorosos, conducen al mismo puerto: la paz con uno mismo, con los demás y con Dios. En los caminos del amor, las señales nos dicen que para llegar a la felicidad no debo ser feliz yo a cualquier precio, sino antes hacerte feliz a ti. Amar es dar y darse sin esperar nada a cambio. Esto es sabido. Pero, ¿cómo lo hacemos?

La libertad del no

La palabra no, pequeña, escondida en el diccionario. No se estudia en la escuela. No hablan de ella los filósofos.

Decir ‘no’ no es fácil. Conducimos nuestra vida con estas dos pequeñas palabras: una, bien vista y amable, sí; otra, agria y con mala prensa, no. Agria, quizás sí, pero es la que nos lleva a la libertad porque gracias a ella evitamos atarnos a lo que no nos conviene.
En veinte años de carrera profesional, la pregunta que más veces me han hecho es precisamente esta: «¿Cómo se le dice que no a un cliente?». Parecería que decir no estuviera prohibido…
El libro gira en torno a esta modesta palabra que está presente en los momentos más importantes de nuestras vidas. Decimos sí o no a seguir estudiando. También sí o no a una pareja. Más adelante, sí o no a otras parejas hasta que una recibe el «Sí, quiero estar contigo toda la vida!». Sí o no a fumar, a tomar más o menos alcohol u otras substancias. Sí o no a tener uno, dos, tres hijos o ¡ninguno!. Sí o no a un plan de pensiones. Sí o no a comprar un apartamento en la playa o una casa en la montaña. Sí o no a cuidarnos más o menos. Sí o no a pensar más en mí o también en los demás…

NOVEDAD ABRIL 2024

Dirigir sin liderar

Dirigir va más allá de liderar. Estar al frente de una empresa, o uno de sus departamentos, acarrea una serie de responsabilidades muy serias que no se pueden obviarse cuando hablamos de conducir a un grupo humano al éxito.

Dirigir sin liderar significa que en una organización todos podemos ser necesarios, pero nadie debe ser imprescindible. Significa también que para cumplir con la misión y llegar a los objetivos mal vamos si necesitamos de la presencia de un líder que nos inspire, transforme, convenza, ilumine y motive para el trabajo de cada día porque el líder, antes que líder, es humano y los humamos tenemos debilidades y somos limitados. Quien lo niegue, por favor, que levante la mano.

En el ámbito empresarial, si todas las personas que hemos asistido a cursos y másteres de liderazgo en los últimos veinte años nos hubiéramos convertido en líderes, casi no quedaría a quien liderar. Con esto no pretendo negar que sea una asignatura importante, que lo es ¡y mucho!. Simplemente afirmo que es una competencia más de quien lleva escrita en su tarjeta de visita, o pretende escribirla, la palabra Director o Directora.